El día de hoy quisiera compartirles una serie de lecciones de vida que aprendí gracias a algunos mensajes extraños en la vía pública. Pienso que si alegraron mi día, también pueden ayudarles a ustedes a sobrevivir la languidez de nuestros tiempos. Este análisis textual-filosófico, por supuesto, puede ser enriquecido y reinterpretado por sus hermosas y morbosas mentes. Comencemos.
Esta construcción comienza con una oración imperativa, nos invita a gritar para expresar nuestros deseos y sentimientos. Nos aconseja que lo hagamos a manera de desahogo. No sé ustedes, pero me dan ganas de ir diariamente a expresar mis frustraciones mientras dicho timbre siga sin cumplir su propósito original. ¡Quién sabe! Podría ser el comienzo de una historia estilo David Lynch.
Esta oración tiene dos complementos circunstanciales de tiempo que crean un bellísimo oxímoron. Durante esas tormentosas tardes de agosto preferimos abrir por la mañana, ¿y quién no? Al final de cuentas, ¿qué es el tiempo sino una arbitrariedad humana? Considero este letrero un excelso postulado filosófico que antepone nuestro bienestar a las vastas ocupaciones de la vida diaria.
Este conjunto de letreros aglutina un carácter existencialista muy grato de discernir en estos tiempos. ¿Estamos realmente dispuestos a cuestionarnos todo lo que existe en nuestro entorno? ¿Qué pasaría si una de tus comidas favoritas nunca ha sido real? En este auténtico ensayo literario-vanguardista, percibo un valioso cuestionamiento a nuestras creencias. Sobre todo en las épocas de la posverdad, debemos retar nuestras percepciones y escuchar nuestras voces interiores. Sin duda, en esta imagen se nos abre un portal hacia un nuevo estado de la mente.
Continuamos con el espíritu de la época. En esta ocasión, recordamos un momento icónico para la generación milenial. Britney Spears y su burnout predijeron la tribulación multifactorial de la segunda década del siglo XXI, pero nos da cierta esperanza de emancipación y autonomía (fuera de toda broma, lean la historia de injusticia de Britney y condenen el abuso #FreeBritney).
Por favor, queridos lectores, quiero que noten el doble signo, tanto de interrogación como de admiración, que nos indica la vehemencia con que los ases del marketing nos apelan a considerar su oferta. Yo sé que se trata de una ironía jocosa y cínica, pero, a decir verdad, se nota el espíritu de camaradería y calidez humana detrás de la oferta. El capitalismo tiene muchos elementos proclives a la crítica, pero hay que conceder que nos permite encontrar oro (metafóricamente) en sus formas comunicativas.
Esta imagen ya es un canon dentro del corpus de letreros con jiribilla de la cultura popular. Sin duda me recuerda a Continuidad en los parques, de Julio Cortázar, pero en el agreste contexto de un baño público. Nos reta a pensar en la dualidad de nuestra configuración psicológica, es decir, ¿qué pasaría si mi superyó actúa de manera autónoma de forma que a veces se antepone a mi yo? (En este mismo tenor, deseo recomendarles la reciente serie de Netflix Katla, que trata el tema de la dualidad).
Los dejo con una imagen de optimismo, porque ser optimista es ante todo una manifestación estética. Esta imagen en particular, nos genera una muy ligera sonrisa que nos permitirá continuar nuestro día y ver que perdimos aproximadamente siete minutos en una entrada de blog que claramente tiene muy pocas intenciones didácticas.
Pero ¡hey,… las risas no faltaron!
Me mató de la risa tu análisis textual filosófico sobre todo en la mención del superyó que pudiera actuar en forma autónoma. 🙂
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