
Ahí andaban los gramónimos
intentando escribir una entrada
entre parónimos y sinónimos
no más no se les ocurría nada.
«Escribamos sobre nuestros
libros más amados», propuso Jzenflow;
«Mejor sobre algún lingüimeme»,
dijo Noxded; «¡Abreviaturas 3!
para ya cerrar el mes», gritó Jota Eme.
«¿Pero de qué estás hablando?
Si apenas está comenzando»,
reviró Noxded.
«El tiempo es relativo. Mira,
lo dicen en este libro»,
le replicó Jzenflow.
«Recurramos a un Oráculo,
siempre nos han salvado»,
murmuró Jota Eme.
Entre dimes y diretes,
los gramónimos no se decidían.
Sus lectores envejecieron,
la huesuda reclamó sus vidas.
Del tiempo no eran conscientes,
qué fenómeno más… ¿estridente?
De a poco otra noche cayó
mientras unas chelas se servían
y hasta la parca les convidó una botanita bien chida.
El texto no cerraron…
Pero, ¡ah, cómo se emborracharon!
Los gramónimos siguen deliberando.
Ni la parca quiso llevarles.
Espera que con un pan de muerto
se atraganten y olviden sus sueños gramaticales.