Palabras, palabras, palabras…

Queridos lectores:

El día de hoy quiero que se sientan muy apapachados, apreciados y acompañados… Porque a veces solo queremos eso, unas palabras buena onda que nos inspiren durante el día y nos hagan sentir menos desdichados cuando es el caso.

Al escribirles me siento reconfortada e imagino el abrazo de esa persona que nos hace sentir livianos; que, incluso sin decirnos nada, entiende lo que nos duele y, de alguna forma, ayuda a cambiar nuestro humor. Estos momentos de introspección son buenos, también hay palabras que cambian nuestro sentir de muchas maneras; últimamente, algunas de ellas han rondado mi mente. 

Las palabras, esas piezas de nuestro lenguaje, tienen tantas formas como significados y sentidos inimaginables. Por ejemplo, ¿no les ha pasado que hay algunos términos que aman inexplicablemente y otras que, por el contrario, detestan? Hoy les compartiré un grupo de palabras que me fascinan y que considero bellas en tantos sentidos, aunque resulten en una paradoja. Ojo, esta no es una lista de las palabras más bellas del español, porque de esas ya tenemos muchas, y siempre repiten lo mismo por razones que no he investigado, por ejemplo, inefable es una infaltable, y sigue sin gustarme.

Comencemos.

Carajo. Es una palabra que uso con mucha frecuencia y me da placer, muchísimo, no sé si eso implique tener que ir a terapia. Denota algo negativo y puede usarse como una interjección o como una locución adjetiva o adverbial. De acuerdo con el diccionario, tiene un origen incierto; sin embargo, los marineros dirán que es el cesto del palo mayor de las carabelas, un lugar desagradable para estar. Se usa de manera muy frecuente en México y en países como Colombia, Costa Rica, Honduras, República Dominicana y Venezuela. ¡Carajo! Ya me extendí con esta palabra. ¡Al carajo, qué me importa!

Mácula. Por el contrario, esta es una palabra que no suelo usar, pero siempre que escucho o leo inmaculada me lleva irremediablemente a mácula. Por lo visto, viene del latín macula[1], es decir, ‘mancha’, y en un sentido coloquial se refiere a una trampa o engaño. Tiene un uso extendido en la dermatología y la oftalmología. Así que no te sientas mal si alguien te dice: Oh, qué horrible mácula, ¿es de nacimiento? ¡Urge que acudas al doctor! Por otro lado, si escuchas decir que eres la mácula de tu familia, quizá lo consideres un halago, como yo.

Derruir. Irremediablemente otra palabra de origen latino, deruĕre. Es un verbo que significa ‘derribar, destruir o arruinar un edificio’. Lo encontrarás de manera corriente en el vocabulario arquitectónico, ésta se puede referir a asentamientos en muy malas condiciones. A mí me gusta usarlo en un sentido más figurativo: Tengo la sensación de que mi vida se derruyó después de perder mi trabajo. 

Inexorable. Una más del latín: inexorabĭlis. Es un adjetivo que indica algo que no se puede eludir, como los impuestos… a menos que seas un gran empresario y tengas algún acuerdo amistoso con Hacienda (guiño-guiño), pero incluso eso sucedería de manera parcial. La muerte es inexorable como mi corazón frío y seco (perdón, esto iba de cosas buena ondita y creo que ya empiezo a deprimirme, abriré una cerveza). La vida también es inexorable, así que disfrútenla (como sea).

Disoluto. Es uno de mis sustantivos favoritos del universo observable. Simplemente me arranca una sonrisa. La uso como adjetivo para definirme, por más que las personas me corrijan todo el tiempo. Del latín dissolūtus. Se refiere a aquel que se entrega a los vicios y cuya vida es licenciosa (o sea, libre, atrevida). En este punto, hagan una pausa y busquen la canción Por el vicio, de Los Punsetes, creo que es un himno. Pero no se crean, por muy disoluta que sea, seguiré pendiente de este blog y de ustedes.

Obnubilar. ¿No sienten que a veces viven una vida obnubilada? Quizá no y para ustedes todo es claridad efervescente, pásenme su secreto. Predilecta entre muchas porque refleja esa sensación de confusión y ofuscamiento en una palabra que es exquisita fonéticamente y te embelesa. Justo significa ‘nublar’, del latín obnubilāre, es decir, que te cubre con una nube. Según parece es una palabra que se está convirtiendo en un arcaísmo. Espero que no sea así, por favor, úsenla. En tanto, ojalá que no te obnubiles en tus sufrimientos.

Alto, estoy a dos de convertir esto en un club de depresivos optimistas anónimos. No es la intención. Solo quería acariciar su mente con palabras que me parecen bonitas, tengo tantas otras, como risible, carambola, entropía, mortificar, efervescente… Pero es hora de comer y tengo que ausentarme, ¡oh, la ausencia de la escritura!

Los leo pronto.Y ustedes, ¿qué palabras disfrutan?

Fuentes:

«carajo», «mácula», «derruir», «inexorable», «disoluto», «obnubilar», Diccionario de la lengua española, (12 de octubre de 2022).


[1] Digo “al parecer” porque no sé latín y no tengo un diccionario de latín a la mano (internet, baby), es que ya no confío. Un amigo editor y sabedor de estos temas recientemente revisó un libro de texto y manuales de etimología en los que encontró horrores e invenciones etimológicas. No tengo pruebas, pero tampoco dudas para desconfiar de su palabra y darle la espalda a los libros, de otra forma todo se convertiría en sospechosismo.

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