Cómo sobrevivir a los fanáticos de la ortografía

¿Tienes un amigo que siempre está corrigiendo tus faltas de ortografía en tus chats y redes sociales? ¿También te corrige cuando por accidente pronuncias palabras como “haiga” o “vistes”? No podemos negar que hay uno en cada grupo, si no puedes ubicar a tu amigo el obsesivo de la ortografía (y con más razón si te encuentras leyendo este blog), posiblemente ese amigo seas tú.

En apariencia, tenemos el acuerdo social de que la buena ortografía es importante. Pero, aunque sabemos eso, el escrutinio de todo lo que escribimos se siente pesado y cuando alguien nos corrige (y más si es una persona desconocida), simplemente nos arde como limón en el ojo. Te invito a que exploremos el tema de la ortografía, su importancia actual y por qué tenemos sensación de repelús al recibir correcciones.

¿Qué es la ortografía?

De acuerdo con los RAE street boys, la ortografía es “el conjunto de normas de escritura de una lengua”. Esta definición omite que parte del encanto de la ortografía es que, en tanto se trata de un aspecto aceptado por una amplia cantidad de personas, permiten una comunicación eficaz entre dos o más personas. 

Puede esperarse que todos, incluso el más sabio e insufrible de tus maestros de prepa, cometa errores de ortografía, por lo cual, la ortografía en sí misma no comunica nada sobre los rasgos de personalidad de alguien (quizá los más psicóticos). 

¿Por qué sigue siendo importante tener buena ortografía?

La comunicación escrita tiene un papel muy importante en nuestras vidas. Millones de mensajes de texto se envían en las aplicaciones más famosas y servicios de correo electrónico; a pesar de la popularidad de los emojis, aún no regresamos a la comunicación jeroglífica. Es tan fundamental que existe el oficio de “corrector de estilo” (les juro que existe) y en muchos anuncios de vacantes laborales se pide “excelente ortografía y redacción”. Incluso es un factor determinante para conseguir resultados en las aplicaciones de citas, a veces cuenta más que tu hermosa sonrisa.

Por supuesto, tenemos herramientas como los transcriptores de voz a texto (pero si tienes mala dicción, olvídalo) y el famosísimo autocorrector, pero no sustituyen la necesidad de las personas de cuidar la elaboración de todos sus textos, hasta los más insignificantes, para que comuniquen lo que sea preciso. Sí hay contextos en los que la informalidad es necesaria, pero la mejor apuesta es contar con las herramientas de comunicación más agudas y adaptarse a partir del contexto.

A pesar de que existen múltiples variaciones de una lengua, lo cierto es que un texto que sigue las reglas básicas de ortografía y gramática puede ser entendido por una mayor cantidad de personas. La lengua es una entidad que cambia continuamente y siempre tiene el potencial de adoptar nuevas reglas. Sin embargo, el acto de crear un texto significa tomar las pautas disponibles del momento para hacer llegar un mensaje de manera clara a un posible lector. 

¿Por qué arde tanto cuando alguien nos corrige?

Es necesario tener una buena ortografía pero, ¿qué hacemos con las personas muy molestas
que se congratulan de corregir faltas ortográficas (también llamadas grammar nazis) solo por
el gusto de hacerlo? 

Es posible que sea un tema de personalidad, pues no todas las personas centran su atención en los detalles en diferentes contextos. Los amigos que siempre nos están corrigiendo pueden ser unas personas muy dulces, pero que requieran tener el control de algo en la vida, cada falta corregida es una oportunidad de mantener su universo en orden. Lo que puedes hacer en este caso es evitar los aspavientos por sus correcciones y burlarte mucho cuando la persona en cuestión se equivoque (inúndalo de memes).

¿Qué pasa con las discusiones en las redes sociales y las cajas de comentarios de cualquier (literalmente cualquier) cosa boba en internet? Por un lado, si una persona escribe descuidadamente se expone a perder el respeto de su interlocutor, en cuanto esto sucede, la discusión deja de ser argumentativa y se llena de prejuicios. También puede ocurrir que una persona realmente se quedó sin argumentos y busca cualquier error en el discurso de la otra persona para descalificar y de alguna forma inclinar la balanza a su favor. 

Esto crea discusiones sin profundidad en las que lo importante es ser el más radical y feroz defensor del punto de vista, en lugar de tratar los temas con el matiz necesario. En estos casos lo más oportuno es dar por terminado el debate, en tanto las ideas ya no son el asunto central, o pedirle al interlocutor que regrese a debatir las ideas, en lugar de fijarse solo en los errores ortográficos.

Entonces, ¿cuándo sí y cuándo no?

En síntesis, la ortografía sigue siendo importante en diferentes contextos, aunque hay algunos en los que se puede relajar el uso del lenguaje escrito. Tener una buena ortografía te otorgará la ventaja sobre las máquinas, pues tu autocorrector tendrá menos posibilidades de dejarte en ridículo; además de que tus documentos importantes, como el CV y tu perfil de Bumble, se verán limpios y bonitos. La ortografía llega a ser un asunto de vida o muerte para algunas personas, pero se puede lidiar con ellas con suficiente paciencia. También vale la pena recordar que denunciar las faltas ortográficas no te hacen el gladiador de los foros de internet, más bien, te deja corto como debatiente.

¿Debo de memorizar 525 mil reglas ortográficas para ser un adulto funcional? No, nunca serás un adulto funcional del todo, pero siempre puedes recurrir a tus queridos diccionarios (impresos o en línea) y a algunos sitios que se encargan de discutir dudas del lenguaje, como Fundéu, las redes sociales de la Academia Mexicana de la Lengua o Linguee. Por supuesto, también puedes venir a este glamuroso blog para enterarte de algunas pautas y divertirte un rato. Pon tu ortografía en tu mochila de emergencia y estarás bien, espera… ¿cómo que no tienes una?

Fuentes:

Lennox Morrison, «La verdadera importancia de tener buena ortografía«, en BBC News, 20 septiembre 2017.

Natalia Inés De La Rosa Santillana, «La importancia de la ortografía en la producción de textos«,
en Vida Científica, vol. 3, no. 5, enero 2015.

Mohorte, «Los que corrigen las faltas de ortografía a los demás son unos cretinos. Lo dice la ciencia«,
en Magnet, 26 diciembre 2019.

Latitudes Revista Cultural del Colegio de Ciencias y Humanidades, no. 3, abril 2020.

Julie E Boland, Robin Queen, «If You’re House Is Still Available, Send Me an Email: Personality Influences Reactions to Written Errors in Email Messages«, en PLOS ONE, vol. 11, no. 3, marzo 2016, pp.: e0149885.

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