Gerundiando


Cada vez que me encuentro con un texto “que va usando” numerosos gerundios mi sentido arácnido me dice que algo anda mal. Me resulta preocupante desarrollar un prejuicio hacia esta forma verbal (soy culpable de, a veces, sustituir brutalmente todos los gerundios) en lugar de tener clara su utilización; por ello, hagamos un viaje por el poco comprendido planeta gerundio.

El buen gerundio

Para la Real Academia Española (RAE), el gerundio es una:

Forma no personal del verbo, cuya terminación en español es -ndo, que puede formar perífrasis verbales como Está cantando, y aparecer en diversos contextos en los que posee carácter adverbial, como corriendo en Vino corriendo

A partir de esta definición, podemos entender que el gerundio es independiente de la persona gramatical y su función es indicar algo acerca de la acción principal, es decir, el verbo que está conjugado. Por ejemplo, si el verbo está en presente y se la añade un gerundio, el resultado es como tomar una fotografía que describe el instante:

  • ¿Qué está haciendo ese vago? Está escribiendo un texto para su blog.
  • ¿Qué pasa entre esos dos lisiados? Están peleando, como en South Park.

En estos ejemplos, la perífrasis verbal que involucra al gerundio indica una acción que no tiene principio ni final, pero que describe lo que sucede en el momento, es decir, se trata de una función progresiva, que expresa una acción que sucede al mismo tiempo que la descripción. 

Otros usos correctos son:

  • Adverbial de modo, describe la manera en que se realiza una acción, responde al “cómo”: Escondí el cadáver procurando no dejar huellas.
  • Adverbial de tiempo, añade información sobre el momento en que se realiza una acción: Durmiendo en su junta de Zoom, Arnoldo descubrió su verdadera vocación de pirómano.
  • Causal, describe el origen o la causa de la acción principal: Lograron juntar el dinero para otra botella, buscando monedas en el piso durante tres días.
  • Condicional, explica un requerimiento para que se realice una acción: Saltando todos juntos, lograremos cambiar el eje de rotación de la tierra -dijo mi tío en un viaje de ayahuasca.

Como podemos ver, el gerundio usurpa las funciones del adverbio y ofrece datos sobre la acción, aunque sin delimitarse al tiempo y persona gramatical, como sí lo hace el verbo. Es un mago del disfraz que puede ser un excelente aliado o el amigo malacopa.

El gerundio esperpéntico

Estos son algunos usos incorrectos del gerundio, cabe recordar que no siempre son tan fáciles de distinguir y es recomendable entender el contexto de las oraciones para aplicar una corrección viable.

A veces encontramos oraciones que narran una acción después de otra y se utiliza el gerundio para expresar una de ellas; esto da como resultado que el texto parezca una nota policial o periodística de baja calidad:

  • El sospechoso escapó hacia las montañas, siendo arrestado a los tres días.
  • Los chicos lograron adquirir la mango kush, terminándosela cuatro horas después.

El problema es que la acción expresada con el gerundio debe ser simultánea o casi inmediatamente posterior en relación con el verbo principal; de otra manera puede haber confusiones en cuanto a lo que pasa antes y después o cuál es la causa y la consecuencia. Por ello, en una narración que hace referencia al pasado, es necesario que los verbos tengan congruencia:

  • El sospechoso escapó hacia las montañas y fue arrestado tres días después.
  • Los chicos lograron adquirir la mango kush, terminaron con ella cuatro horas más tarde.

El gerundio usado a la ligera también puede agregar dudas existenciales perturbadoras en cuanto al sujeto de la oración, por ejemplo:

  • Encontré a mi mejor amigo bailando con un grupo de payasos.

A pesar de que esta oración contiene simultaneidad en las acciones, nos lleva a la pregunta fundamental, ¿quién bailaba con los payasos, mi mejor amigo o yo? La manera de corregirlo es apuntar al culpable con toda claridad: 

  • Encontré a mi mejor amigo, quien estaba bailando con un grupo de payasos.

En ocasiones, el gerundio se utiliza como el equivalente a un adjetivo, es decir, se utiliza para modificar al sustantivo:

  • Mi gato adora el atún, girando la cabeza como la niña del Exorcista al olerlo.

Hay que recordar que el gerundio afecta únicamente al verbo, por lo cual la oración anterior requiere una revisión verbal a conciencia:

  • Mi gato adora el atún, cuando lo huele, gira la cabeza como la niña del Exorcista.

Finalmente, es posible encontrar textos que abusan del recurso para contar muchas acciones en un solo párrafo. Sin embargo, al final luce como un adorno barroco:

  • Habiendo pasado el pueblo de Fantasmagonia, estuve considerando vender mi riñon, terminando mi racha de cero pensamientos autodestructivos.

¿Ustedes también sienten la saturación? Este tipo de situaciones se resuelven con un tiempo uniforme para la narración: 

  • Luego de pasar el pueblo de Fantasmagonia, consideré vender mi riñón, me di cuenta de que volví a tener pensamientos autodestructivos

Por supuesto, el uso repetido de un recurso no es incorrecto en sí mismo, incluso puede ser una licencia literaria, pero se recomienda que sea amigable con el lector.

Visualmente el gerundio puede ser equiparado con un gif que repite una acción infinita, a menos que se enmarque su uso con el texto que lo rodea. Por lo tanto, para evitar glitches en la matrix del texto en español, se recomienda aprender a usar bien este recurso o terribles cosas pueden suceder (como dedicarse siempre a criticar textos ajenos… esperen).

Fuentes:

gerundio”, en Diccionario de la lengua española, (31 de mayo de 2021).

Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, “Interpretaciones semánticas del gerundio (I). Usos temporales”, v. 27.4e-f, en Nueva Gramática de la Lengua Española, Espasa, México, 2010, p. 2061.

El gerundio. Normas de uso”, en Manual de estilo de rtve, (31 de mayo de 2021).

Gerundio de posterioridad” y “Gerundio, usos adecuados”, en Fundación del Español Urgente, (31 de mayo de 2021).

Nicolás Aguilar, “El gerundio y sus usos correctos e incorrectos”, en Lectura, escritura y oralidad en español, Universidad de los Andes.

2 comentarios sobre “Gerundiando

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